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De la muerte no se habla. Quiza creyendo que, de ese modo, no ejercera su voluntad sobre nosotros. Quiza creyendo que, si lo hacemos, si la nombramos, la atraeremos irremisiblemente. Asi, acabamos por ignorarla. Y ella sale de nosotros. El ser humano se hace inmortal dentro del silencio. Cuando regresa (no puede ser de otra manera), ella nos toma por sorpresa. Nos aniquila. Nombrar la muerte, y de que manera lo hace Maeve Raton, es nombrarnos a nosotros mismos. Hacer de nosotros ruido. Nunca silencio. Nunca olvido. |
La presencia de Campeche en "Los grandes muertos" de Luisa Josefina Hernandez
Автор: Silvia Molina
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